En los tiempos actuales se confunde el esfuerzo con el capricho. La psicología en positivo nos enseña que podemos soñar, que debemos luchar por lo que anhelamos, pero todo ese camino no está exento de trabajo y esfuerzo. El mero deseo no es suficiente. Las cosas debemos ganárnoslas. Y desgraciadamente, no parece que se esté enseñando a los niños a conseguir las cosas por el esfuerzo, y no " porque yo lo valgo ".
Necesitamos recuperar la cultura del esfuerzo. Es el único camino para desarrollar el talento, para ser competitivos como personas y como sociedad. No hay nadie brillante que no tenga destrás de sí muchas horas de entrenamiento.
No se puede intercambiar cariño por caprichos. La cultura del esfuerzo conlleva soñar un objetivo, proyectar una estrategia, identificar posibles recursos, crear nuevos hábitos, y, por supuesto asumir la posible frustración. El capricho no entiende del "no ", mientras que el esfuerzo conoce los obstáculos, pero no se rinde ante ellos.
Necesitamos enseñar inteligencia emocional y la necesidad de ganarnos las cosas por el trabajo que realizamos. Y, todo comienza en casa y en cada una de las enseñanzas que brindamos a nuestros hijos.